Santiago López, director ejecutivo para América Latina y el Caribe del Consejo Internacional de Asociaciones de Bebidas habla del tema: economía circular y la industria de bebidas.
La importancia de la economía circular
Con la idea más apremiante de mantener la preservación de nuestro medio ambiente y la protección de los recursos naturales para las generaciones futuras, la economía circular es fundamental ya que acciones como la regeneración, el rediseño, la reutilización y el reciclaje, se vuelven centrales para transformar la realidad actual.
De acuerdo con Santiago López, director ejecutivo para América Latina y el Caribe del Consejo Internacional de Asociaciones de Bebidas (ICBA por sus siglas en inglés), la economía circular es una de las ideas más grandes que se han planteado para optimizar la forma en que usamos nuestros recursos y nos permite repensar la manera en la que se conciben los productos desde el inicio, minimizando el uso innecesario de materias primas vírgenes, diseñándolos para hacer el mejor uso de los materiales y aumentando al máximo la vida útil de las materias primas y de los productos en sí mismos.
Una vez se cumpla el propósito inicial para el que fueron creados estos puedan servir para ese mismo uso, en nuevas cadenas de valor, o en nuevos productos de manera que un mismo material siga haciendo parte de la economía el mayor tiempo posible, considera.
Economía circular y la industria de las bebidas
Para la industria de las bebidas este no es un concepto desconocido. Desde hace muchos años, es uno de los sectores que, con mayor decisión y recursos, ha facilitado el crecimiento y las inversiones del mercado de reciclaje y los modelos de retornabilidad para PET y vidrio.
Se han documentado múltiples casos de éxito en países como Argentina, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador y México, solo por mencionar algunos ejemplos de nuestra región.
Estos casos han demostrado que, al diseñar el envase para ser reciclado, como las botellas, se garantiza que pueda cumplir varios ciclos de uso, no solo como envase en bebidas sino en otras cadenas para su reciclaje, de ahí la importancia que la infraestructura de los sistemas públicos de aseo permita que los ciudadanos entreguen sus envases y se apoyen acciones hacia los cambios de comportamiento que permitan una mejor separación en la fuente, apoyando la circularidad, refiere el experto.
Bajo un relacionamiento de cadena con fabricantes y proveedores de materiales, organizaciones y empresas de reciclaje, las empresas vienen trabajando con metas concretas, no solo para facilitar condiciones adaptadas al contexto local en materia, de recolección, aprovechamiento, innovación, formalización y emprendimiento, sino garantizando la sostenibilidad a largo plazo de esos mercados y acciones, aun en lugares donde los sistemas de recolección y aprovechamiento no siempre son los más desarrollados o eficientes a nivel regional.
En este sentido, las empresas de bebidas han presentado ambiciosos compromisos a escala global, que vienen abordando desde diferentes aristas:
a) el diseño, minimizando el uso de materias primas vírgenes, por reducción o menor peso de sus envases, cambiando rápidamente a materiales 100% reciclables, biodegradables y/o compostables y apostándole a modelos de retornabilidad o de nuevas formas de distribución para permitir que existan múltiples ciclos y usos.
b) desde grandes inversiones, que han permitido de manera conjunta con fabricantes y proveedores de materiales o empresas de reciclaje, crear las condiciones para una demanda cierta en mercados de materiales reciclables o retornables, como por ejemplo, el PET o vidrio e invirtiendo en investigación, desarrollo e innovación.
c) desde la equidad, al promover la formalización y el desarrollo de organizaciones de recicladores de oficio formales en las zonas de influencia de las empresas.
d) desde la articulación pública, privada y con diversas organizaciones, academia y multilaterales, que han permitido sumar esfuerzos y sinergia para encontrar las soluciones para dar respuesta conjunta al reto de lograr la economía circular.
e) desde la comunicación y sensibilización de los consumidores, para dar respuesta a sus expectativas y buscar un cambio de comportamiento para que se mejore su participación activa en la separación de residuos.
f) desde el compromiso público con indicadores ambiciosos en esta materia.
El futuro de la economía circular
El camino es largo y requiere de muchos actores y de todos como sociedad. Aunque las decisiones empresariales toman pasos acelerados en este camino, aún hay retos por delante que exigen fortalecer las acciones con fabricantes, proveedores de materiales, la academia, emprendedores, inversionistas y empresas de reciclaje, además de un apoyo concreto de los gobiernos nacionales y locales en la mejora de la infraestructura y las condiciones de los sistemas de recolección de residuos en nuestros países.
Así mismo, son importantes la sensibilización de los ciudadanos y la promoción de instrumentos que aceleren la toma de decisiones costo-efectivas y basadas en ciencia y que reflejen la responsabilidad compartida y diferenciada entre actores y nuevas ideas que permitan vislumbrar nuevas y creativas soluciones, concluye López.
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